lunes, 22 de marzo de 2010

Una tarde en Hong Kong

Desde el despacho que las autoridades hongkonesas le habían habilitado, Montgomery podía ver las evoluciones de los juncos en el puerto de la próspera colonia que los británicos le habían arrebatado a los corruptos mandarines manchúes siglos antes. Cuando se cansó de ver las evoluciones de los barcos giró sobre sus talones y se sentó en la butaca mientras un sirviente sij le retiraba las pastas y el té que había tomado mientras ojeaba cientos y cientos de informes. Tenía ante sí una complicada tarea: arreglar China o al menos encargarse de que esta se arreglase conforme a los planes de Occidente. Hombre directo y prudente, Montgomery miró uno a uno a todos los oficiales de su Estado Mayor.
¿Cómo va nuestro despliegue? inquirió el militar británico.
Por nuestra parte va bien. Acaban de telegrafiar de Calcuta dijo un joven oficial con uniforme escocés al tiempo que tendía el dicho telegrama a Montgomery nos envían más tropas hindúes. 2,000 hombres más. Fusileros sij.
Montgomery asintió. El despliegue iba con buen ritmo y en una semana dispondría de las fuerzas necesarias para poder empezar a operar plenamente.
¿Y que hay de los americanos? preguntó.
Los oficiales se miraron entre sí. No sabían como iban a decírselo al General británico. Uno de ellos tomó aire y dijo:
El General Patton ha sido bastante diligente. En este momento se encuentra aprovisionando a su Ejército en Filipinas y en dos o tres días estará en Hong Kong.
¿Patton? replicó Montgomery. La verdad es que las relaciones entre el británico y el estadounidense no eran las mejores. Montgomery consideraba a Patton una "prima donna", un buen general con aires de grandeza. Patton tenía esta misma consideración de Montgomery.
Será más divertido, no solo tendremos que evitar que China caiga en manos de los comunistas, sino evitar que Patton se acabe coronando emperador de la misma.
Todos rieron de buena gana. Habían sido enviados a China para apoyar la causa de Chiang Kai Chek, líder del partido nacionalista Kuommitang para derrotar a los comunistas liderados por Mao Tse Tung y el general Lin Piao. Contaban con el apoyo de Moscú y tanto a Londres como a Washington no le interesaba que se repitiese en China lo que acontecía en Rusia. Por esa razón estaba Montgomery en Hong Kong y Patton de camino.
Señor dijo entrando el ordenanza de Montgomery al despacho está aquí.
Ah, si el grupo de oficiales chinos que cité para hablar de la estrategia a seguir, hágales pasar a la sala de operaciones pronto me reuniré con ellos...
El oficial tragó saliva y dijo:
También hay un grupo de oficiales americanos, se han adelantado del despliegue...
Hágales pasar también...
Señor, está aquí
¿Quien? replicó Montgomery seco
El General George Patton...

5 comentarios:

  1. El general de Caballería, George Smith Patton bajó de su Ford de alto mando con paso vivo y enérgico, acompañado de un joven capitán nada más entrar un par de fusileros Sijs le saludaron con sus armas sorprendidos, se le acercó un alférez y Patton, con su habitual falta de tacto y de diligencia le dijo.
    "Hijo, no tengo tiempo para gilipolleces, avisa a tu superior de que estoy aquí".
    El oficial salió corriendo, Patton esperó unos minutos y avanzó, había cuidado hasta el más mínimo detalle de su puesta en escena, la teatralidad no tiene desperdicio.

    Lucía su casco M1941 del US Army con las 3 estrellas que le correspondían por rango. Así mismo lucía los corazones púrpuras que ganó al ser herido cuando era capitán de las primeras unidades blindadas del US Army en la Guerra de Trincheras. Lucía también sus enseñas por su participación en la I Guerra Mundial y en la Guerra con México, además de su estrella de bronce y su estrella de plata.

    Como parte de su cuidada apariencia, lucía su Colt Single Action Army, con las cachas de nacar al cinto además de pantalones de caballería y una fusta de montar.

    Irrumpió en el despacho, llevandose la mano a la cabeza como gesto militar y saludando a los presentes, a pesar de su hostilidad para con Montgomery, le tendió la mano cortesmente.

    "Parece que nos han enviado a ambos a matar comunistas ¿eh Monty?"

    ResponderEliminar
  2. Patton en su máxima expresión. Impredecible, excéntrico y marcial. Montgomery sonrió y estrechó afectuosamente la mano del norteamericano:

    "Así es general, esto promete ponerse emocionante, pero no adelantemos acontecimientos" dijo mirando a Patton cómplice. Ambos sabían que después de China podían ser enviados a la URSS en caso de que Moscú se involucrase demasiado donde no debe.

    "Antes de nada felicitarle por lo rápido que ha movido a sus hombres" sonrió, algo forzado "vamos a sostener una reunión con oficiales del Kuommitang y ya que usted y sus oficiales se encuentran aquí, nos gustaría mucho que nos acompañasen para empezar a preparar la campaña"
    Montgomery sonrió e invitó a Patton a sentarse, mientras el criado sij entraba y preguntaba al norteamericano si deseaba tomar algo.

    ResponderEliminar
  3. "Un Whisky con agua por favor y con hielo" Djo dirigiendose al criado sij. Sin que nadie le invitase, tomó asiento y miró a su colega de profesión.

    "Monty, ¿cuantos agregados militares extranjeros y favorables a nuestra causa tenemos en zonas como Shangai o Nanking? los anglosajones, como es bien sabido cabalgamos juntos en la misma dirección, pero sería sumamente interesante saber que otras fuerzas pululan por ahí. Por lo demás si, tengo la total y plena autorización del consul del gobierno de la Unión para sumarme a usted y a su operación militar".

    ResponderEliminar
  4. Diligentemente, el criado sij trajo su bebida al general Patton mientras Montgomery cruzaba los brazos sobre el escritorio y suspiraba

    "George, China ahora mismo es lo más parecido a un baile en el que las parejas cambian cada vez que cambia la tonada. Evidentemente, nuestros aliados más firmes son las tropas del Kuommitang, que son a quienes venimos a ayudar.
    Los alemanes tienen una misión militar dedicada a entrenar a las divisiones chinas según la férrea disciplina alemana a las huestes chinas. La incógnita es saber si Alemania autorizará aumentar el número de hombres e implicarse en una guerra con nosotros.
    Otros con intereses en la zona: los franceses. A ellos les interesa tanto una China comunista y anticolonial como a mí el el desarrollo de la economía boliviana. Otra cosa es que París tenga la amplitud de miras para ver que si China gana, sus colonias en Indochina se verán desestabilizadas, aunque dudo mucho que en Francia haya nadie capaz de ver esto.
    Seguimos con los japoneses, que aprovechando la debilidad de Pekín la están cuarteando en trozos para garantizarse una eventual supremacía en Extremo Oriente. No sabemos como van a reaccionar pues odian a Chiang Kai Chek y a Mao a partes iguales. Veremos si tendremos que probar sus katanas.
    Y finalmente los rusos: ideológicamente simpatizan con Mao y odian a Chiang Kai Chek y a los japoneses. La cuestión es si Stalin se aventurará a una guerra contra nosotros y posiblemente los alemanes y los franceses por sus amigos comunistas. Creo que se contentará con enviar regimientos simbólicos y muchas armas y dinero, pero no más"

    Suspiró de nuevo

    "Lo único que sabemos es que en este momento nos estemos el uno al otro. Terminemos nuestro despliegue y esperemos órdenes mientras el Foreing Office y el Departamento de Estado hacen su trabajo, nosotros haremos el nuestro" dijo Montgomery mirando su reloj. La reunión con los oficiales chinos demoraba ya 14 minutos...

    ResponderEliminar
  5. "Parece que los amarillos nos están toreando bastante a pesar de toda su parsimonia típica. Para ellos no somos más que Diablos Extranjeros, a pesar de que les sacamos las castañas del fuego, bien Monty, tengo aquí un una brigada de infantería, un regimiento de marines y un batallón acorazado, en total 5000 hombres y unos 30 blindados. Pero ya lo hablaremos frente a los oficiales del Kuomitang"

    Acto seguido abandonó la habitación junto con su homologo británico y se embarcó hacia su Ford para reunirse con los chinos.

    ResponderEliminar